El domingo en el inundado asfalto de Suzuka, Japón, Max Verstappen consiguió su segundo título mundial en la Fórmula Uno. Con 25 años y nueve días de edad es el segundo piloto más joven que lo logra después de Sebastian Vettel, curiosamente en el mismo día y en el mismo equipo: Red Bull Racing. Pero, esa no es la única estadística que tiene a su favor el piloto neerlandés. Hay otros récords que son indicadores que estamos siendo testigos del nacimiento de una leyenda del automovilismo.
Nació el 30 de setiembre de 1997 en Hasselt, región flamenca de Bélgica. Su padre Jos Verstappen también fue piloto de Fórmula Uno, mientras que su madre Sophie corría karts. A los 18 años decidió su nacionalidad neerlandesa, pues pasaba la mayor parte de su tiempo libre en los Países Bajos.
Fue el piloto más joven en debutar en una carrera de F1 con sólo 17 años y 166 días durante el GP de Australia del 2015. Una semana más tarde, en Malasia, se convirtió en el piloto más joven en conseguir puntos en un gran premio. En esa misma temporada fue el más joven en lograr la vuelta más rápida.
Al año siguiente, al finalizar el GP de España se había convertido en el ganador más joven de una carrera de Fórmula Uno con apenas 18 años y 228 días. El año pasado se convirtió en el piloto con más podios en una temporada. En este último fin de semana en el que consigue su segunda corona y de forma consecutiva, dio una verdadera paliza a sus rivales, ampliando su ventaja a más de 27 segundos.
Por el momento parece que el binomio Verstappen-Red Bull es imbatible en la pista. Sin duda, el mejor piloto y el mejor auto. Ha empezado un reinado que probablemente se extienda por mucho tiempo más. La pregunta de los aficionados y expertos es si será lo suficientemente duradero para alcanzar la valla de los siete títulos mundiales que ostentan Michael Schumacher y Lewis Hamilton. La respuesta la tiene el tiempo. Mientras tanto, disfrutemos de su manejo.
