Ferrari Roma Spider EL VIENTO DE LOS SESENTA por Jorge Luis Garay

Él, de saco celeste y Ascot al cuello conduce mientras esconde su mirada en gafas oscuras. Ella, a su lado, suelta la bandana que cubría su cabeza, al mismo tiempo que el techo de tela se recoge. En apenas 14 segundos, el viento se adueña de su dorada melena. La toma se eleva y se ve el coche descapotado recorrer una bucólica y sinuosa carretera en la Toscana. Una escena que nos retrocede 60 años atrás y que Ferrari la trae de vuelta con su reciente lanzamiento. El Roma Spider.

Es seguro que, Flavio Manzoni se sentó en su mesa de diseño inspirado en algunas de las joyas que trazaron el camino de la marca italiana. De hecho, es imposible observar el Roma, sin pensar en el 365 GTS 4 Daytona de 1969. Pero entendamos que más que una reminiscencia, se trata del tributo a un estilo de vida que libra una solitaria batalla por no perderse en el tiempo.
Y esa evocación no sólo es una cuestión de apariencia externa, sino que se origina desde el interior con el retorno del concepto de doble módulo que otorga una vivencia propia al conductor, así como a su acompañante. Más allá de eso, el nuevo Roma posee elementos que lo convierten en una versión mejorada de sus antecesores. Sus mandos táctiles ponen al alcance del piloto una serie de funciones respondiendo a la filosofía “ojos en la carretera, manos al volante”.

Bajo el capó delantero, un laureado motor biturbo V8 de 3,855 cc espera ser encendido para conceder 620 caballos de fuerza a 7,500 revoluciones por minuto. Potencia que, aliada a una estudiada carga aerodinámica entre la línea del techo y la curvatura en la sección principal registra atributos de ensueño como una aceleración de cero a cien en poco más de tres segundos y una velocidad final de 320 kilómetros por hora.

El software Side Slip Control 6.0 calcula el ángulo de actitud en tiempo real para alcanzar la mayor precisión en la dinámica del coche, además de integrar al Ferrari Dynamic Enhancer que -entre otras cosas- gobierna la presión hidráulica durante el frenado, así como la inclinación al entrar o salir de las curvas. Sin duda, el Ferrari Roma Spider es una máquina de crear emociones intensas.
Finalmente, Flavio Manzoni coloca la cereza sobre la torta con su atrevida idea de dotar al Roma con un techo de tela retráctil. Si, como los de antaño. El Ferrari Roma Spider es una experiencia irrepetible. Posee la eficaz tecnología de un pura sangre contemporáneo, pero el conductor siempre tendrá la opción de guardar la cubierta para sentir como le da en el rostro … el viento de los sesenta.

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