Después de una semana del dramático final en Bakú, donde vimos a Sergio Perez ganar su segunda carrera y los dedos señalando a Pirelli por los accidentes del puntero Max Verstappen y Lance Stroll, ambos con idéntico resultado catastrófico de los neumáticos, nos vemos envueltos en el conocido “silly season” donde los rumores corren más rápido que el agua en relación con las vacantes en las diferentes escuderías para el próximo año y los pilotos que podrían entrar y salir. El tema más caliente es Mercedes-Benz, campeones de pilotos y marcas por seis años consecutivos, desde que se inició la era “hibrida”.
A finales de 2020, el siete veces campeón, Louis Hamilton, no tenía contrato firmado para la temporada 2021 y no lo tuvo hasta poco antes de iniciarse la misma. Es conocido que el tema no iba por la remuneración, sino más bien por las libertades que exigía Hamilton, en cuanto a presentaciones y eventos fuera del circuito. Teniendo en cuenta que hay 23 fechas en el año, está demás decir, que a los pilotos les queda muy poco tiempo para ellos y los suyos; y Hamilton es muy conocido por su apretada agenda social.
Para la presente temporada, tanto Hamilton como el jefe del equipo Toto Wolff, han salido a decir claramente que quisieran resolver el siguiente contrato multi anual antes de llegar al corte del verano en el mes de agosto. Dicho esto, queda claro que su lugar en el equipo no solo está asegurado, sino que va por más, deseoso de probar los nuevos autos con cambios radicales y por lo menos por dos temporadas más.
Luego tenemos a la estrella emergente, George Russell, protegido de Toto Wolff, actualmente “prestado” a la escudería Williams, quien ha demostrado una calidad extraordinaria como piloto, no nos olvidemos de su vuelo rasante por Mercedes el año pasado cuando cubrió a un Hamilton infectado por el Covid-19. Este año ha logrado pasar a la Q2 en todas las fechas con un auto muy difícil de manejar, siempre por delante de su compañero de equipo Nicholas Latifi. El propio Russell declaró esta semana que quiere cerrar su contrato en julio y poder pasar unas gratas vacaciones, tirándole más leña al fuego.
Finalmente tenemos a Valtteri Bottas, quien está con el equipo tras la salida de Nico Rosberg. Se inició en Williams donde consiguió la mayor cantidad de puntos para el equipo sin haber ganado ninguna carrera. En 2017, primera temporada con los “Flecha de Plata”, no solo consiguió victorias, sino que igualó la marca de 13 podios junto a Hamilton y Vettel. En los siguientes años, vimos como Hamilton ganaba más marcas y récords, mientras Bottas garantizaba puntos, pero no campeonatos. Para Hamilton, el compañero perfecto, para Bottas, la más grande de las frustraciones.
Al inicio de la presente temporada, Valtteri salió a decir que este era su año y no esperaría más, estaba con la espada afilada y listo para sacar los codos, pero lejos de verlo más agresivo, personalmente, lo veo más humillado. Lo de Imola fue el primer golpe y quizás el detonante de su permanencia en el equipo, cuando fue sobrepasado nada menos que por Russell, donde ambos terminaron fuera de carrera. En la siguiente carrera desobedeció una orden del equipo, creando una situación de peligro para ambos, pero donde quedaría clara una cierta rajadura en la relación. Vinieron luego comentarios muy ácidos, quizás innecesarios de parte de Toto Wolff, quien solo ha conseguido hacer más tensa la relación. Y la última carrera en Bakú fue considerada inaceptable. Valtteri dijo esta semana que quiere decidir su futuro en las próximas semanas, pero al parecer su futuro ya está establecido.