FORD MUSTANG: ETERNA JUVENTUD*

Este año el Ford Mustang cumple 60 años de creado. El hechizante auto que con la misma velocidad que recorre las pistas, conquistó los corazones y la mente de los jóvenes sesenteros que eran capaces de todo con tal de sentarse a su volante. Suerte de trono ansiado que hasta hoy continúa despertando intensas pasiones. Esta es parte de la historia del coche que parece haber encontrado el secreto de la eterna juventud.

A principios de la década del sesenta, la marca estadounidense no pasaba por un buen momento. Había fracasado con el modelo Edsel por lo que su presidente Henry Ford puso su esperanza en el recién ascendido jefe de División: Lee Iacocca, quien volvía de Europa con pésimas noticias. El Cardinal, el prototipo que se cocinaba en las mesas de diseño de la planta en Alemania apuntaba a otra debacle.

Había que crear algo nuevo. Algo que recoja ese espíritu de rebeldía que se vivía en los Estados Unidos. Un auto que huela a joven. Iacocca inició reuniones con sus directores. Estaban los de marketing, los de diseño, los de publicidad y los de finanzas. En los pasillos de la Ford los bautizaron como el Comité Fairlaine. Pero, pasaron los días y no salió humo blanco. La desesperación se apoderó de todos. Entonces, Iacocca recordó sus inicios en la empresa y convocó a un concurso entre los proyectistas.

El 16 de agosto de 1962 se declaró ganador al diseño planteado por Dave Ash y Joel Oros. Cuenta Lee Iacocca que, cuando le mostraron el prototipo a Henry Ford, éste salió de la planta sin decir palabra alguna. Más tarde se supo que, en realidad, esa mañana se sintió mal de salud y cuando regresó tras varios días en cama, aprobó el proyecto.

El nombre original iba ser Cougar (puma) por la forma de la trompa delantera, sin embargo, tras una consulta con la agencia de publicidad surgieron otros. Quedaron en juego Torino y Mustang, pero en esos días, don Henry dejaba a su esposa para andar de amores con una italiana; así que, para no encender más chismes en la prensa, la nueva nave se llamó Mustang. Al respecto, Iacocca recuerda que el nombre se propuso pensando en los aviones de guerra, aunque el emblema diga que fue por el caballo.

Tras cambios, ajustes, sudores y de hecho algunas lágrimas, el nueve de marzo de 1964 el Ford Mustang fue presentado en sociedad a un precio de 2,370 dólares. Para los jóvenes ejecutivos estadounidenses fue un amor a primera vista. Multitudes pegaban sus rostros a los ventanales de los concesionarios para verlo de cerca. Sucedió que en una tienda quedaron quince compradores para una sola unidad. Al gerente no le ocurrió mejor idea que venderlo al mejor postor. Fue récord de ventas durante los siguientes años. Iacocca recuerda que tomó conciencia de su éxito cuando vio un letrero en una panadería que decía “Nuestras rosquillas se venden como el Mustang”.

Un año más tarde, el Mustang ingresó al mundo de las competencias de la mano del expiloto y preparador Carl Shelby. El GT350 se tomó su primer baño de gloria en Texas y fue escribiendo su historia hasta convertirse en un ícono mundial.

En el 2019, Lee Iacocca se fue de este mundo dejando atrás su paso por Ford y luego Chrysler, pero siempre será recordado por ser el motor que empujó a la creación de uno de los coches más famosos de todos los tiempos. El Mustang.  Sesenta años manteniéndose robusto, ágil y veloz. Sesenta años y su motor ruge como al principio. Sesenta años y el asfalto aún se rinde ante su eterna juventud.

*Jorge Luis Garay. Comunicador audiovisual, guionista y docente universitario. Redactor de contenidos en Perú Off Road & Racing

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