El Perú mantiene una extraña relación con el deporte. A simple vista, proyecta una suerte de ilusión óptica que nos hace pensar que la popularidad se inclina hacia el fútbol que, en materia de resultados, salvo esporádicas y pequeñas alegrías, más nos ha acostumbrado a la decepción. Aun así, acapara la porción más grande del interés deportivo de los peruanos. Los diarios y la televisión dedican espacio y tiempo, más que a sus escasos logros, a analizar sus aparatosos fracasos y a ventilar la casi siempre azarosa vida privada de sus jugadores. El día del partido, la resonancia mediática es tal que, la población sumergida en un delirante remedo de fidelidad enfunda la camiseta de franja roja para ir a la oficina o a estudiar. No hay duda. La relación entre el país y el deporte es rarísima. Esta nota es un reclamo de atención para ese puñado de deportistas peruanos que, ignorados por las cámaras, casi sin apoyo del estado ni auspicios sale a competir afuera, y logran -además- que nuestro himno y nuestra bandera iluminen podios lejos de casa. Esta nota es acerca de la otra blanquirroja, la que gana.
En la última semana, en un escondido rincón de la oferta periodística local, un breve titular y apenas un par de párrafos daban cuenta del último trofeo ganado por Diego Elías en el Canadian Open de Squash. Pocos saben que, en abril del año pasado, Diego lideró el ranking de la PSA, el máximo ente rector planetario de este deporte. En pocas palabras, fue el N° 1 en el mundo. Actualmente es el tercero. Con el título ganado en Canadá, obtiene puntos que lo acercan nuevamente a esa cima. Un joven peruano palpando con las yemas de sus dedos la gloria absoluta, pero que la afición de su país apenas conoce.
Pero, vayamos a lo nuestro: los deportes automotores. Andrés Cárdenas de apenas 15 años acaba de lograr el subcampeonato en la Formula Winter Series compitiendo contra 37 pilotos de varios países. De once carreras disputadas, el piloto peruano subió cinco veces al podio, incluyendo dos victorias que hicieron sonar nuestro himno en Jeréz y Valencia. Tras este minitorneo de invierno europeo, Cárdenas se apresta a competir todo el año en la Fórmula 4 Española, adonde llega con la tarjeta de candidato al título. El futuro luce prometedor para él, pero necesita más apoyo para seguir compitiendo al lado de la élite.
Por otro lado, Matías Zagazeta ha llegado adonde ningún otro piloto peruano en la historia. FIA F3. Literalmente dos pasos antes de la Fórmula Uno. Con perseverancia y disciplina ha escalado a pulso cada peldaño. Gracias a un duro entrenamiento, preparación mental, dietas y otros sacrificios, Matías se codea con la crema y nata del automovilismo, transitando por sagrados asfaltos como Monza, Silverstone, Mónaco etc. Al igual que Cárdenas, lleva en su casco la bandera y escudo peruano. Al igual que Cárdenas, requiere del soporte mediático para atraer patrocinadores que sostengan su participación en una categoría costosa.
José “Abito” Caparó es otro motivo de orgullo para los “fierros” nacionales. A puro talento se ganó el derecho de estar en la World Rally Car Junior 2024. El año pasado, compitiendo contra conductores de todo el mundo en el famoso Rally Star fue elegido por la FIA para acceder al olimpo de esta categoría automovilística. Si, un peruano. Este año ya ha corrido el Rally de Suecia y estará presente en otras pruebas más del WRC. Más allá de alguna pequeña nota, los medios no han destacado estos brillantes logros deportivos.
Las mujeres también brillan afuera. Aparte de los gigantescos logros en el atletismo como los de Kimberly García dos veces campeona mundial o Gladys Tejeda; en el deporte automotor está Daniella Oré, quien el año pasado con apenas 16 años hizo historia al convertirse en la primera mujer campeona sudamericana de kartismo. Y sí. Es peruana. Más adelante, Daniella dio el salto hacia los monoplazas compitiendo en la Fórmula 4 Argentina, donde marcó otro hito: la primera mujer en alcanzar un Top 5.
Por su parte, Annia Cillóniz tuvo una destacada actuación en el FIA Rally Star del año pasado y acaba de obtener un tercer lugar en el podio del Rally Of Nations en México. También están André Martínez y Eduardo Castro Yangali, quienes siempre cumplen buenas actuaciones en el WRC3. Muchos nombres más que en un esfuerzo individual consiguen que el Perú se bañe de victoria y a quienes debemos conocer, admirar, honrar y alentar. Ellos también visten esa famosa camiseta de franja cruzada en el pecho, ellos también nos representan en cada maratón, en cada raquetazo, en cada ola surfeada, en cada asfalto. Con la diferencia de que suben al podio, les cuelgan medallas, les entregan trofeos. Ellos son la otra blanquirroja, la que si gana.
*Jorge Luis Garay. Comunicador audiovisual, guionista y docente universitario. Redactor de contenidos en Perú Off Road & Racing.
